lunes, 18 de agosto de 2008

Diario de una obra

Diario de una obra

Venezuela, 13 de agosto de 2008

La interpretación que hemos tenido del poema es que cualquier momento de la vida puede tener un instante existencial. Las cosas más simples, los lugares más comunes como una cocina pueden convertirse de pronto, en algo más profundo que nos lleve a un lugar superior. En el caso de la poesía la comparación surge entre una cocina y el océano. La inmensidad del océano que trasmite la gigantez de la vida. la posibilidad de decir me siento vivo, lo he logrado.

En un principio durante las reflexiones acerca lo que íbamos a hacer se nos ocurrió darle un vuelco a la poesía, si la poesía hablaba (dicho de una manera burda) de la inmensidad de la vida, es posible que pudiésemos dar un mensaje acerca del suicidio, el cual es un tema que nos interesa por ser una problemática social de los tiempos modernos sobre todo en los ambientes urbanos. Sentíamos que lo que describa Rondoni era como una luz a la percepción deprimente que tienen los suicidas, una luz a la vida banal en las ciudades, a la soledad, a tedio de la rutina. Rondoni detuvo en tiempo en la mesa de la cocina y se sintió vivo, solo, en la ciudad. Eso nos pareció mágico y esperanzador. Aunque nos preguntamos si ¿detener el tiempo significaba morir?. En fin, Lo que queríamos era hablar de un problema que concreto, de cómo alguien que decide morir de pronto prefiere renacer.

Quisimos usar el color rojo morado que describía en su poema para resaltar la ideas perturbadoras de un suicida, usaríamos entonces el terciopelo vinotinto para recubrir en la escena objetos que pudiesen llevar a la autolisis; una pistola, una cuerda, un frasco; mientras que la escultura de un hombre en azul (indigo probablemente) se mantendría sentado en una mesa y a sus espaldas, el sonido del mar, el televisor, la nevera y el corazón surgirían de un equipo o de un televisor. El ambiente seria pacifico y al a vez perturbador.

Después de hablar esta idea en grupo decidimos desistir de ella por el riesgo de ser mal interpretados, probablemente los fuimos, y ese es el riesgo que se toma con los temas tabú. Seguiremos fantaseando, tal ves podamos expresar la idea de otro modo o simplemente debamos desistir de ella. ¿Qué pensará de esto el poeta?

1 comentario:

panopti.com dijo...

Bueno, no me parece el suicidio un tema tabú, me parece más bien un tema "cliché" en el Arte. Es José Ramírez quien escribe, un saludo afectuoso.